En estos días, parece haber un movimiento sísmico, muy importante en la política.
Un terremoto político de grán magnitud y escala.
Pero esta magnitud y escala no va ni por asomo en consonancia con las buenas maneras, el respeto a contrario, y el pensamiento y respeto al ciudadano.
Más bien lo contrario.
Es el terremoto de la defachatez, de la intolerancia, y de la falta de respeto por unos y por otros.
El terremoto de la corrupción política y la mentira al ciudadano, la tomadura de pelo.
Desde luego, el sismógrafo no ha detectado ningún movimiento, y no porque el terremoto no sea importante, (dicese, Corrupción en Madrid, y Debate del estado de la Nación). Y es que a veces uno se pregunta, si esto de ser político es simple y llanamente el ser un simple actor, actuando de cara a la galería con el sólo y único fin de conseguir votos, sin importar un carajo lo que piensen los ciudadanos.
Gracías a dios, no todos son así, eso creo, aunque si es cierto, que lamentablemente, la mayoría de los partidos políticos, adquieren, o manipulan a estos que quieren hacer cosas de verdad, al final, actuando como meras marionetas.
Es como si el propio congreso de los diputados, se convirtiese en un circo mediatico, con todos mis respetos a la gente del circo por supuesto.
Ayer pude seguir durante unas cuantas horas, durante el día, y a última hora, el debate, y la conclusión es que tal y como dijo José Carlos MAURICIO RODRÍGUEZ, de G.P. Coalición Canaria (GCC), ayer se perdió totalmente el día y se perdió la oportunidad de crear un debate serio y con sentido, en vez de estar incriminando que si que si no, con insultos los unos a los otros.
Personalmente, el Sr. José Carlos MAURICIO RODRÍGUEZ, me parece la persona más coherente y sensanta del congreso en estos momentos, y lástima que no viva en Canarias porque si no, le votaría. Podían tomar ejemplo los demás, del sentido de ser político.
Lo dicho, el terremoto político sigue aún presente.