EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La guerra de Irak es considerada innecesaria, ilegítima e injusta por millones de personas en todo el mundo. Está causando la violación masiva del derecho a la vida y otros derechos humanos fundamentales de la población civil indefensa, víctima directa de las hostilidades en Irak.
En los países que más han contribuido a desatar el conflicto armado, entre ellos España, la guerra está suponiendo, además, un retroceso generalizado de las libertades públicas. La actuación del gobierno español no es ajena a la manipulación de la información que se proporciona a través de los principales medios de comunicación, a una crispación social creciente, y a la criminalización ante la opinión pública de las protestas pacíficas y de quienes, en uso legítimo y responsable de su libertad de expresión, han discrepado y discrepan de una línea oficial que respalda miméticamente la actuación de los gobiernos norteamericano y británico.
En ese contexto, el Servicio de Inspección del Consejo General del Poder Judicial ha propuesto la incoación de un expediente disciplinario al Magistrado Baltasar Garzón -cuyo compromiso con la paz, la democracia y los derechos humanos es sobradamente conocido- por una falta grave que habría consistido en manifestar públicamente su opinión contraria a la guerra.
Millones de personas censuran hoy la actuación del gobierno español, y un juez, por el hecho de serlo, no tiene menos derecho a expresar su repudio que el que asiste a cualquier ciudadano en una sociedad libre.
Estamos contra la guerra, por la paz, la democracia y la libertad. La mera propuesta de incoación de expediente disciplinario contra Baltasar Garzón por expresar lo que tantos pensamos, constituye en sí misma una agresión al derecho fundamental a la libertad de expresión que nuestra Constitución, como todas las de los países libres, reconoce y protege, y pretende constituir un aviso, un precedente para restringir la libertad de todos.
Es un grave error, y como tal, debe ser inmediatamente rectificado. La represión de las personas nunca ha hecho desaparecer las ideas; antes bien, las ha multiplicado. La protesta contra esta guerra sólo va a cesar con la paz, y a esa protesta por los derechos del pueblo iraquí se suma hoy la reivindicación de nuestras amenazadas libertades.
Como Baltasar Garzón, podemos evocar al pensador libre que fue Quevedo: “no he de callar, por más que con el dedo, silencio avises, o amenaces miedo”.
Adhieren: Proyecto Hombre, Fundación por los Pueblos Indígenas, Periodistas sin fronteras, Deportistas contra la droga.