Hace días que Alicante, deja de tener su aspecto típico de sol y temperaturas suaves.
No es que diga que duren siempre, pero el cambio ha sido importante y de repente. Los días se han vuelto grises, con un aire fuerte que agita el mar con fuerza, casi resulta extraño ver, el mediterraneo con tanta ola.
Y a su vez el frio, sumado a la humedad relativa, hacen de estos días un mal momento para salir a la calle. Con lo bien que se está en casita sentado en el sofá, leyendo, oyendo música o cualquier otra cosa.
Por suerte tambien ha llovido, y bastante bien, pero sin pasarse, cosa buena para el aire, y los campos de la zona.
Tiene tambien cierto encanto el tiempo melancólico otoñal e invernal, y quizás eso hace que propicie el recogimiento, la reflexión, la quietud y la calma.
Quizás por eso, ultimamente no me da por escribir mucho, quien sabe, tiempo al tiempo, nunca mejor dicho.
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