En estos días, como otras tantas veces, es triste, muy triste, y por otra parte lamentable, que por culpa de un deporte, o lo que es lo mismo, de presenciar un deporte, uno, simplemente pierda la vida porque si.

Lamentable perder la vida ante un hecho tan absurdo, y tan retorcido como puede ser el apoyar los colores de un club, aunque en este sentido, igual de lamentable es de otras muchas maneras.

Todo esto me trae a la mente una palabra. FANATISMO.

Fanatismo religioso, fanatismo futbolero, fanatismo político, fanatismo.....

Y lo peor de todo, y más triste, es que mucha de esta gentufa que son radicales y fanáticos, son amparados y cobijados por los presidentes de los clubs, que al fin al cabo, les permiten, ser socios del club, les permiten ciertos lujos dentro del estadio, les permiten sentarse en sus gradas, dejandolos gritar voces asesinas, y gestos violentos, les permiten tirar objetos al campo, etc etc.

Son complices a mi forma de ver aquellos que permiten todo esto, aunque lógicamente el club no lo desee.

Parte de culpa tienen tambien los agentes de seguridad imagino, aunque tambien entiendo que no pueden enviar a la policiía de una ciudad a un partido, no tiene lógica ni sentido. Es todo un contrasentido.


Hace ya muchos años, bastantes, era seguidor de un equípo de futbol, y al final, decidí olvidar todo esto, paso del futbol o de todo deporte que genere odio, intolerancia, u otros sucesos, porque es un sin sentido odiar a una persona por el simplemente hecho de que sea del equipo contrario.

Creo que deberíamos controlar nuestra ira, y mejorar nuestra conciencia y humanismo, ser más tolerantes y respetuosos.

Ojala se viese en el futbol, público como en el tenis, por ejemplo, donde, aunque gane el cotrario, se le aplaude por haber realizdo un buen partido.


Un deporte muy peligroso, al cual se expone uno cada vez que va a un partido de futbol.


Mi homenaje a Mauel Rios, muerto, esta semana por culpa de unos asesinos, fanáticos y sin razón, sin cordura y sin corazón.